viernes, mayo 30, 2014

Amaneceres y ocasos (http://cuentosqueyocuento.blogspot.com.es)

El sol se despedía del Imperio Tré. El vasallo caminaba junto a la anciana del molino amarillo. Iban conversando sobre la vida.

- “¿Qué es lo que más te gusta de la vida, anciana?”

La viejecilla del molino amarillo se entretenía en lanzar los ojos hacia el ocaso.

- “Los atardeceres”

El vasallo preguntó, confundido:

- “¿No te gustan más los amaneceres? Mira que no he visto cosa más hermosa que el nacimiento del sol allá, detrás de las verdes colinas de Tré”

Y, reafirmándose en lo dicho, agregó:

- “¿Sabes?... Yo prefiero los amaneceres.”

La anciana dejó sobre el piso la canastilla de espigas que sus arrugadas manos llevaban. Dirigiéndose hacia el vasallo, con tono de voz dulce y conciliador, dijo:

- “Los amaneceres son bellos, sí. Pero las puestas de sol me dicen más. Son momentos en los que me gusta reflexionar y pensar mucho. Son momentos que me dicen cosas de mí misma.”

- “¿Cosas? ¿De ti misma...?”, inquirió el vasallo. No sabía a qué se refería la viejecilla con aquella frase.

Antes de cerrar la puerta del molino amarillo, la anciana añadió:

- “Claro. La vida es como un amanecer para los jóvenes como tú. Para los ancianos, como yo, es un bello atardecer. Lo que al inicio el precioso, al final llega a ser plenamente hermoso. Por eso prefiero los atardeceres... ¡mira!”

La anciana apuntó con su mano hacia el horizonte. El sol se ocultó y un cálido color rosado se extendió por todo el cielo del Imperio Tré. El vasallo guardó silencio. Quedó absorto ante tanta belleza.

Frase del Día (30-05-2014)


Una  de las mejores formas de sentirse realizado y alcanzar las metas  personales es compartir lo que uno tiene con los seres queridos y no  darle la espalda a las necesidades de los demás. Como dice ese viejo  refrán, "donde comen dos, comen tres". Y algo de eso hay en el hecho de  compartir, y no solamente estamos hablando de cuestiones materiales.
El egoísmo puede ser una de las cosas que atenten contra nuestros intereses y los de los que nos rodean. Una persona egoísta no recibirá nada a cambio. Pero el que sabe compartir, todo lo tendrá. No solamente de cosas materiales se trata. También de compartir el afecto, el cariño, un buen abrazo o un momento de tiempo con quienes queremos y nos aprecian. Ellos sabrán valorarlo mejor que nadie y lo retribuirán con creces. En mi caso siempre cpmpartire la lluvia, no es por nada... sino que es dificil verme con chubasquero o paraguas... el agua es una bendención, para que despreciarla