domingo, julio 06, 2014

El matrimonio (http://cuentosqueyocuento.blogspot.com.es/)

Era un matrimonio pobre. Ella hilaba a la puerta de su choza, pensando en su marido. Todo el que pasaba se quedaba prendado de la belleza de su cabello, negro, largo, como hebras brillantes salidas de su rueca. Él iba cada día al mercado a vender algunas frutas. A la sombra de un árbol se sentaba a esperar, sujetando entre los dientes una pipa vacía. No llegaba el dinero para comprar un pellizco de tabaco.
Se acercaba el día del aniversario de la boda y ella no cesaba de preguntarse qué podía regalar a su marido. Y además ¿con que dinero?
Una idea cruzó su mente. Sintió un escalofrío al pensarlo, pero al decidirse todo su cuerpo se estremeció de gozo: venderia su pelo para comprarle tabaco. Ya imaginaba a su hombre en la plaza, sentado ante sus frutas, dando largas bocanadas a su pipa: aromas de incienso y de jazmín darían al dueño del puestecillo la solemnidad y prestigio de un verdadero comerciante.
Sólo obtuvo por su pelo unas monedas, pero eligió con cuidado el más fino estuche de tabaco. El perfume de las hojas arrugadas compensaba largamente el sacrificio de su pelo.
Al llegar la tarde regresó el marido. Venía cantando por el camino. Traía en su mano un pequeño envoltorio: eran unos peines para su mujer, que acababa de comprar, tras vender la pipa.

Frase del Día (06-07-2014)

A veces, pedir perdón es algo que le cuesta mucho a las personas que suelen acumular rencor o sentimientos de venganza. Tanto si necesitas pedir perdón o estás pensando en pedirlo, cuesta reconocer que uno ha obrado de mala manera y muchas veces uno se siente arrepentido. Otras tantas se hace difícil aceptar el perdón de la otra persona cuando uno es el que ha padecido ese problema. Como dijo, William Shakespear: "El perdón cae como lluvia suave desde el cielo a la tierra. Es dos veces bendito; bendice al que lo da y al que lo recibe". Aprende de quienes pueden enseñarte, no existe nadie tan sabio que no pueda apender algo nuevo cada día y tampoco persona tan pobre que no tenga algo para enseñar, sensillamente ¡aprende! pero sobre todo aprende a vivir... ¡enseña! a lo demás y no permitas que la vida te pase a ti, sin que la vivas.