martes, julio 15, 2014

¡¡¡Galletitas!!! (http://cuentosqueyocuento.blogspot.com.es/)

A una estación de trenes llega una tarde, una señora muy elegante. En la ventanilla le informan que el
tren está retrasado y que tardará aproximadamente una hora en llegar a la estación.
Un poco fastidiada, la señora va al puesto de diarios y compra una revista, luego pasa al kiosco y compra un paquete de galletitas y una lata de gaseosa.

Preparada para la forzosa espera, se sienta en uno de los largos bancos del andén. Mientras hojea la revista, un joven se sienta a su lado y comienza a leer un diario. Imprevistamente la señora ve, por el rabillo del ojo, cómo el muchacho, sin decir una palabra, estira la mano, agarra el paquete de galletitas, lo abre y después de sacar una comienza a comérsela despreocupadamente.

La mujer está indignada. No está dispuesta a ser grosera, pero tampoco a hacer de cuenta que nada ha pasado; así que, con gesto ampuloso, toma el paquete y saca una galletita que exhibe frente al joven y se la come mirándolo fijamente.
Por toda respuesta, el joven sonríe... y toma otra galletita.

La señora gime un poco, toma una nueva galletita y, con ostensibles señales de fastidio, se la come sosteniendo otra vez la mirada en el muchacho.
El diálogo de miradas y sonrisas continúa entre galleta y galleta. La señora cada vez más irritada, el muchacho cada vez más divertido.
Finalmente, la señora se da cuenta de que en el paquete queda sólo la última galletita. "No podrá ser tan caradura", piensa, y se queda como congelada mirando alternativamente al joven y a las galletitas.
Con calma, el muchacho alarga la mano, toma la última galletita y, con mucha suavidad, la corta exactamente por la mitad. Con su sonrisa más amorosa le ofrece media a la señora.

- “¡Gracias!”, dice la mujer tomando con rudeza la media galletita.

- “De nada”, contesta el joven sonriendo angelical mientras come su mitad.

El tren llega. Furiosa, la señora se levanta con sus cosas y sube al tren. Al arrancar, desde el vagón ve al muchacho todavía sentado en el banco del andén y piensa:

- "Insolente".

Siente la boca reseca de ira. Abre la cartera para sacar la lata de gaseosa y se sorprende al encontrar, cerrado, su paquete de galletitas... ¡Intacto!

Frase del Día (15-07-2014)

Hay personas que cargan sobre sus débiles hombros tres sacos a la vez: un  saco pequeño, fácil de llevar: es el saco de penas, trabajos y alegrías de un  solo día, el día de hoy.
Un segundo saco pesado, abrumador, es el del pasado: son  esas gentes que vuelven y vuelven a recordar las penas pasadas, los fracasos que  tuvieron, las heridas que sufrieron. Se empeñan en rascarse esas heridas y así  siempre están sangrando y nunca se curan.
Y todavía se empeñan en llevar un  tercer saco muy pesado, el del futuro. Son los que miran al mañana con miedo,  esperando siempre lo peor. 

Llevar hoy la carga de mañana, unida a la de ayer, hace vacilar y tambalearse  al más fuerte, pero nadie nos manda a vivir así. Nadie nos "obliga" a llevar al  mismo tiempo los tres sacos. Así, en realidad la vida consta de un solo día. Cada noche podríamos decir que nos morimos por unas horas cuando dormimos, para nacer nuevamente al despertar por la mañana. El pasado ya pasó, no volverá; déjalo en paz. Si puedo sacar de mi pasado alguna buena lección, está bien, la saco, pero si no, lo dejo, lo olvido. Nada gano recordando mis problemas y amarguras de ayer.

El futuro aún no llega, no sé si llegará, ¿para qué me preocupo?

Lo único que tengo, lo único de lo que soy dueño, es de este día de hoy, por tanto, lo voy a vivir y disfrutar como si fuera el único día que voy a tener. Un día es una vida entera en miniatura. Mira a este día porque es la vida, la mismísima vida de la vida.