Un león desorientado, sin saber bien lo que hacía, se metió sin
saberlo
en la cuadra de un labrador. Al ver tan formidable animal en el
interior de su propiedad, cerró la puerta y se alejó del lugar muy
contento. El león, tras comprobar que era imposible salir de allí,
comenzó a dar cuenta de todos los animales que se encontraban
resguardados en el interior de la cuadra. El león, al darse cuenta de
que no podría salir de allí empezó por comerse un carnero, luego una
vaca y, por fin, varios bueyes.
Al escuchar el tremendo estruendo que se estaba produciendo en esa parte de su propiedad, el labrador corrió hacia la cuadra para dejarle la puerta abierta a la fiera que tan inconscientemente había atrapado.
Se marchó el león de allí rápidamente y cuando se alejó lo suficiente, el labrador miro en el interior de su cuadra y se puso a llorar con amargura. Su mujer al escucharle le dijo:
- "Te lo tienes bien merecido por intentar capturar a una fiera para sacarle beneficio. Más te valdría en muchas ocasiones actuar un poco más con la razón y menos con la codicia
Al escuchar el tremendo estruendo que se estaba produciendo en esa parte de su propiedad, el labrador corrió hacia la cuadra para dejarle la puerta abierta a la fiera que tan inconscientemente había atrapado.
Se marchó el león de allí rápidamente y cuando se alejó lo suficiente, el labrador miro en el interior de su cuadra y se puso a llorar con amargura. Su mujer al escucharle le dijo:
- "Te lo tienes bien merecido por intentar capturar a una fiera para sacarle beneficio. Más te valdría en muchas ocasiones actuar un poco más con la razón y menos con la codicia