lunes, junio 13, 2016

Una vital diferencia (https://isabelquiroz.wordpress.com)

Le preguntaron cierta vez a Uwais, el Sufí:
- "¿Qué es lo que la Gracia te ha dado?".
Y les respondió:
- "Cuando me despierto por las mañanas, me siento como un hombre que no está seguro de vivir hasta la noche".
Le volvieron a preguntar:
- "Pero esto ¿no lo saben todos los hombres?".
Y replicó Uwais:
- "Sí, lo saben, Pero no todos lo sienten".

Frase del Día (13-06-2016)

La acumulación de la riqueza es la causa de la pobreza. Los ricos no son indiferentes a la pobreza: la crean y mantienen, por que de ello se benefician a la larga. Los ricos nunca tienen suficiente con lo que tienen y sorprende que un minimo porcentaje tenga lo que tienen los demás juntos. La verdad, es que tal vez no sea ambicioso y me conformo con tener lo suficiente para mantenerme, lo demás solo valdría para tener más caprichos y cuando no puedes llegara a ellos ser un infeliz. Por eso no es más rico quien más tiene, sino quien menos necesita. Que debería ser el camino que deberiamos marcanos. Pero como es la leyenda de las cien monedas:
Había una vez un rey muy triste que tenía un sirviente. El sirviente del rey triste, era muy feliz. El rey estaba como loco. No conseguía explicarse como el paje estaba feliz viviendo de prestado, usando ropa usada y alimentándose de sobras de los cortesanos. Cuando se calmó, llamó al más sabio de sus asesores y le contó lo que sucedía.
- "Por qué él es feliz?"
- "Ah, majestad, lo que sucede es que el está fuera del círculo".
- "Fuera del círculo?"
- "Así es".  
- "Y eso lo hace feliz?"
- "No, Majestad, eso es lo que no lo hace infeliz".
- "A ver si entiendo, estar en el círculo te hace infeliz".
- "Así es".
- "Y él no está. Y cómo salió?"
- "Nunca entró!"
- "Que círculo es ese?"
- "El círculo del 99".
- "Verdaderamente no entiendo nada".
- "La única manera para que entiendas, sería mostrartelo en los hechos".
- "Cómo?"
- "Haciendo entrar a tu paje en el círculo".
- "Eso, obliguémoslo a entrar".
- "No hace falta, Su Majestad. Si le damos la oportunidad, el entrará solito, solito".
- "Pero él no se dará cuenta de que eso es su infelicidad?"
- "Sí, se dará cuenta".
- "Entonces no entrará".
- "No lo podrá evitar".
- "Dices que él se dará cuenta de la infelicidad que le causará entrar en ese ridículo círculo, y de todos modos entrará en él y no podrá salir?"
- "Tal cual Majestad. Estás dispuesto a perder un excelente sirviente para poder entender la estructura del círculo?"
- "Si".
- "Bien, esta noche te pasaré a buscar. Debes tener preparada una bolsa de cuero con 99 monedas de oro, ni una más, ni una menos, 99!!!"
- "Qué más? Llevo a los guardias por si acaso?"
- "Nada más que la bolsa de cuero. Majestad, hasta la noche".
- "Hasta la noche.

Así fue. Esa noche, el sabio pasó a buscar al rey. Juntos se escurrieron hasta los patios del palacio y se ocultaron junto a la casa del paje. Allí esperaron al alba. Cuando dentro de la casa se encendió la primera vela, el hombre sabio agarró la bolsa y le pinchó un papel que decía:
-"Este tesoro es tuyo. Es el premui por ser un buen hombre. Disfrutalo y no cuentes a nadie como lo lograstes"
Y la dejó en la puerta del sirviente. El sirviente agitó la bolsa y al escuchar el sonido metálico se estremeció, apretó la bolsa contra su pecho, miró hacia todos lados y entró a su casa.
él, que nunca había tocado una de esas monedas, tenía hoy una montaña de ellas para él. El paje las tocaba y amontonaba, las acariciaba y hacia brillar la luz de la vela sobre ellas. Las juntaba y desparramaba, hacia pilas de monedas: Una pila de diez, dos pilas de diez, tres pilas, cuatro, cinco, seis... mientras sumaba 10, 20, 30, 40, 50 60... hasta que formó la ultima pila: 9 monedas!!!.
Su mirada recorrió la mesa primero, buscando una moneda más. Luego el piso y finalmente la bolsa. - "No puede ser", pensó. "Me robaron!" gritó. "Me robaron, malditos!!. 99 monedas. Es mucho dinero", pensó. "Pero me falta una moneda. Noventa y nueve no es un numero completo", pensaba. "Cien es un numero completo pero noventa y nueve, no".

El rey y su asesor miraban la escena por la ventana. La cara del paje ya no era la misma, estaba con el ceño fruncido y los rasgos tiesos, los ojos se le habían vuelto pequeños y arrugados y la boca mostraba un horrible rictus, por el que asomaban sus dientes.
El sirviente guardo las monedas en la bolsa, la escondió entre la leña y se sentó a hacer cálculos.
Cuanto tiempo tendría que ahorrar el sirviente para comprar su moneda numero cien? Todo el tiempo hablaba solo, en voz alta. Estaba dispuesto a trabajar duro para conseguirla.
Después quizás no necesitara trabajar más. Con cien monedas un hombre es rico. Con cien monedas se puede vivir tranquilo. Sacó el calculo.
Si trabajaba y ahorraba su salario y algún dinero extra que recibía, en once o doce años juntaría lo necesario. Quizás pudiera pedirle a su esposa que buscara trabajo en el pueblo por un tiempo. El mismo, después de todo, terminaba su tarea en el palacio a las cinco de la tarde, podria trabajar hasta la noche. Sacó las cuentas sumando esas extras, en siete años reuniría el dinero.
Y así siguió durante horas haciendo sus cálculos ... El rey y el sabio volvieron al palacio. El paje había entrado en el círculo del 99!!!!
Durante los siguientes meses, el sirviente siguió sus planes tal como se le ocurrieron aquella noche. Una mañana, el paje entró a la alcoba real golpeando las puertas, refunfuñando y de pocas pulgas.
- "Qué te pasa?", preguntó el rey de buen modo.
- "Nada me pasa, nada me pasa".
- "Antes, no hace mucho, reías y cantabas todo el tiempo".
- "Hago mi trabajo, no? Qué querría su Alteza, que fuera su bufón y su juglar también?"
No pasó mucho tiempo antes de que el rey despidiera al sirviente. No era agradable tener un paje que estuviera siempre de mal humor.

Porque cuando tiene lo suficiente y más, nunca estara conforme con tener tan poco