jueves, agosto 04, 2016

Esas perdidas irreparables...

Todos hemos perdido a lo largo de nuestra vida, algún ser querido que se nos haya ido al cielo ,y el dolor y la tristeza que produce su falta es muy duro. Después de que un ser amado fallece, nuestro mundo se tiñe de tristeza y necesitamos tiempo para elaborar nuestro duelo. Cada día que pasa el llanto cesa pero nuestro dolor no. La vida continúa y poco a poco retomamos las actividades cotidianas. Sin embargo nuestro corazón, nuestra mente y en especial nuestra alma permanecen conectados a ese ser que se fue de forma física. La gente trata siempre de encontrar la mejor manera de hacer su propio duelo, algunos los visitan en el cementerio, otros tratan de acordarse anécdotas felices con esa persona que ya no está, otros simplemente lloran y estan tristes, pero creo que la mejor forma de superar la muerte de una persona que queríamos mucho es recordar su sonrisa, su mirada, sus pensamientos... Recordar lo que te puedo enseñar en vida, una de las lecciones que me enseño a mi es que uno debe hacer el bien en vida, no cuando ya no hay remedio. Recordarlo no bastara para ellos, porque si hicieron daño en vida, lo recordaran siempre. A pesar de todo lo que digamos, ese dolor es fuerte, es como si te arrancaran algo de tu corazón

Frase del Día (04-08-2016)

Más que las dificultades, son las situaciones límites las que nos obligan a retomar rumbos, a emprender otro tipo de planes. Y muchas veces ocurre que no hay mal que por bien no venga, porque empezamos a encontrar alternativas mejores y a reconocer que estamos mejor que antes cuando lo teníamos todo atado para siempre. Los cambios suelen ser positivos, aunque a veces pensemos que la vida es una amargura. Mi paro, por ejemplo ma ha valido para estar más al cuidado de mis padres, de sus enfermedades. Podría considerarlo un castigo divino, creo que no. Eso me ha hecho ver la vida de otro modo y que a pesar de las ausencias, estas seguiran dentro del corazón y las recordaremos hasta el fin de nuestros días. Esta fue la oportunidad de darles a ellos, todo el cariño que me dieron cuando era crio. Conseguir las metas que uno persigue, siempre que estas sean coherentes, solo es cuestion de persistencia en nuestras acciones y en la consistencia de nuestros propios valores